Lo primero que queremos dejar claro desde Male Empire, es que hay una diferencia muy clara entre ser un buen hombre y ser bueno en ser hombre. Lo primero, ser un buen hombre, representa una moralidad, es decir, requiere que se adopten y se desarrollen unos valores morales concretos, o no, pero eso es otro debate. Por el contrario, ser bueno en ser un hombre, significa aceptar y desarrollar tu masculinidad.
Como podéis deducir de esto, uno puede ser bueno en ser hombre, sin ser un buen hombre, y al revés.
Dicho esto, es necesario aclarar que estos valores que se van a desarrollar ahora intentan referirse a ambos aspectos de ser un hombre, eso no significa que sólo los hombres puedan tener estos valores, simplemente algunos se dan más habitualmente en hombres, aunque varios de ellos también determinarán una buena mujer.
Cabe decir pues, que puedes contar con varios de los puntos que desarrollaremos, y no ser un hombre, pero definitivamente no serás un buen hombre, o bueno siendo hombre, si no los tienes. Está claro que nadie puede vivir ajustándose a la perfección a estos valores, pero sí que se deben tener como guía y aspirar a cumplirlos, podríamos decir que se trata de los “10 mandamientos” del hombre.
- Un hombre debe ser y parecer fuerte físicamente.
Debes trabajar tu cuerpo y ser capaz de levantar, empujar, lanzar… objetos pesados.
No solamente porque el cuerpo es parte de nuestro ser, una parte importante, además sino por todo lo que esto implica más allá.
Es simple, si un hombre combina fortaleza física y mental, la imagen de poder que irradia hace que el resto se lo piense dos veces antes de convertirse en tu enemigo.
“Me podrás derrotar, pero te aseguro que no saldrás ileso”.
La importancia de aparentarlo, y no sólo serlo radica en que el ser humano es un animal que recibe la mayor parte de la información a través de la vista, esto hace que si no aparentas estar fuerte, para el resto de hombres, no lo serás, y por tanto no tendrás los beneficios que esto supone aunque fueras la persona con más fuerza física en la sala.
- Un hombre debe ser fuerte mentalmente.
Los hombres no lloran, esto no es cierto, un hombre que no llora no es necesariamente fuerte mentalmente. Todos lloramos, es una reacción fisiológica a determinadas emociones que todo ser humano experimenta en algún momento de su vida, tarde, o temprano. No llorar nunca puede suponer, lejos de la masculinidad deseada, algún tipo de trastorno o problema mental de cierta gravedad. El llanto es una forma más de expresar emociones.
La fortaleza mental se refiere a no sentir pena de ti mismo. Como hombre, NO debes adoptar una actitud victimista y derrotista de tu realidad, no te permitas empezar a culpar al resto o a la vida de los problemas que tienes, responsabilízate.
Lo obstáculos, la oposición, la adversidad, los enemigos… deben hacer que te levantes y aceptes el desafío con coraje, no que te refugies en el victimismo y te hagas empequeñecer tú mismo.
Recuerda que tu fortaleza mental hará que tu cuerpo y alma lleguen a límites que no creías posibles, y los superen.
- Un hombre domina sus emociones.
El dominio de las emociones es algo complejo, que requiere mucho tiempo para aprenderlo y sobre todo dominarlo. Controlar tus emociones no implica esconderlas, pretendiendo que no existen y que tu corazón está hecho de frío acero, supone entender que existen, sentirlas pero no dejar que nos hagan tomar decisiones indeseadas movidos por la “locura del momento”.
Las emociones son una de las armas más poderosas de las que disponemos, debes saber emplearlas a tu favor, no dejando que ellas te controlen y siendo siempre tú el conductor de las mismas, aplacándolas cuando sea necesario, y expresándolas cuando se deba.
Las emociones son un arma de doble filo, que bien usada te regalará la victoria pero empleadas, o mejor dicho, dejando que te usen, pueden acabar contigo.
- Un hombre debe tener amplios conocimientos.
Debes amar aprender y tratar de entender el mundo a tu alrededor. Jamás trates de hablar de lo que no conoces, admite de forma humilde tu falta de formación en dicho tema, y trata de aprender en la conversación. La vanidad no es propia de un hombre modelo. Admite tu ignorancia y busca remediarla.
No se trata de llegar a ser un erudito en todos los campos del saber, simplemente debes conocer lo suficiente de cada tema como para poder mantener una conversación, y dominar aquellos que realmente nos apasionen
Es fácilmente comprensible que alguien no profundice en un tema concreto, ya que cada uno tiene sus intereses, sin embargo, el no saber absolutamente nada de algo te dejará en una posición no deseada, aunque todos tenemos áreas de saber en las que somos muy nóveles o plenos ignorantes, poco a poco debes ir eliminando esos vacíos mentales.
- Un hombre no debe conformarse.
Un hombre modélico se desafía a sí mismo continuamente, buscando siempre ser mejor y estar en mejor situación que la actual. Obviamente habrá momentos de crecimiento, de estancamiento, de relajación, de descanso… Lo importante es que exista una tendencia a la evolución en el largo plazo en cualquier aspecto.
Debes querer más, más dinero, más conocimiento, más mujeres, más bienestar… como hombre, has nacido para conquistar.
- Un hombre debe ser valiente.
Debes tener coraje. Todos tenemos miedo, pero el miedo nunca puede vencer, la vida se trata de ganar, o caer luchando.
La valentía supone tener miedo, pero actuar a pesar de él. Cuando tienes miedo a hablar a una mujer desconocida, háblala y ejerce ese acto minúsculo de valentía.
Que no te pueda la cobardía, solo en el coraje existe la evolución.
- Un hombre tiene la responsabilidad de proteger.
No debes externalizar esta tarea, es tu obligación proteger a tu familia y al débil, y por ello debes tener las habilidades necesarias para hacerlo.
Si eres hombre no puedes tolerar los abusos, el bullying. No puedes quedarte de brazos cruzados mientras ves injusticias, no debería ser propio de ti.
- Un hombre debe ser indulgente.
Debes saber perdonar los errores del resto. No se trata de confiar ciegamente, se trata de intentar comprender los errores ajenos y perdonarlos, y someterte a ti mismo a unos estándares más altos sin ser arrogante. Marco Aurelio lo ilustró diciendo: “ Sé tolerante con los demás y estricto contigo mismo”.
Tu eres tú y tus circunstancias, y el resto de gente son ellos y sus circunstancias, todos cometemos errores, perdónalos. Pero no toleres abusos a tu indulgencia.
Perdonar no supone olvidar, olvidar es de ingenuos, perdonar de sabios.
- Un hombre juzga al resto.
Debes evaluar al resto, pero nunca hacerlo de forma hipócrita. Siempre júzgate a ti mismo más duramente que al resto.
Debes saber en quién puedes confiar, quién es productivo, fuerte, tiene habilidades importantes, es leal y es bueno. También debes ser misericordioso con quién intenta crecer y desarrollarse, ayudándole.
- Un hombre tiene confianza en sí mismo.
Jamás el resto debe hacerte abandonar tus sueños, lo que debes hacer o alejarte del éxito. Debes aceptar las críticas honestas y siempre tratar de aprender, pero no debes desanimarte por las críticas destructivas. Debes escuchar, pero sin que condicionen tus decisiones.
Tampoco debes tener una autoestima irrealista, debes conocer tus más y tus menos y adquirir los conocimientos o habilidades necesarias para rellenar esos huecos para que puedas vivir confiado de que estás preparado para lo que venga.
- Un hombre es sabio.
Pese a que existe una parte de la sabiduría que se adquiere con la experiencia vital, como hombre debes ser sabio para tu edad. Debes conocer cuándo aplicar la regla, y cuándo la excepción, no debes rehusar los consejos.
Debes controlar tu ira e invertir el tiempo necesario para profundizar sobre tu vida, las personas que están en ella y los tiempos que vives. Desarrolla la habilidad de la contemplación y reflexión.
- Un hombre debe ser responsable con su cuerpo.
Como ya hemos dicho, el cuerpo supone una parte importante de nuestro ser, y como tal, debes cuidarlo adecuadamente, así podrás obtener el máximo de tu cuerpo y mente.
“Mens sana in corpore sano”.
- Un hombre sabe cultivar la alegría.
Un hombre lidera a su familia en la aventura de la búsqueda de la felicidad, aunque haya momentos en los que debas trabajar incansablemente siempre tienes que intentar encontrar la alegría pese al sufrimiento.
No vivas en un mundo de positivismo, pero haz que tu vida sea luz para otros, no oscuridad y desolación.
No seas el que requiere ser animado, anima.
- Un hombre aprende de todos, hasta de su enemigo.
Debes comprender que toda persona tiene algo que enseñarte en algún aspecto, tú no eres la fuente ni la síntesis te todos los conocimientos.
- Un hombre defiende sus valores sin descanso y sin temor.
No te acobardes frente a la oposición, no te permitas ser intimidado, no te avergüences, mantente en pie y de frente. Debes defender tus valores con sabiduría y amabilidad, pero mantenerte firme y empujando hacia delante.
Muere por tus ideales y por tus valores. Si no defiendes lo que crees, no crees en nada.
- Un hombre acepta y busca el desacuerdo.
No necesita que otros tengan su misma opinión, o valores, o a aplicarlos del mismo modo que él. Permite a otros el espacio para ser ellos mismos y mantener sus opiniones, igualmente no cortes lazos por desacuerdos puntuales o triviales.
- Un hombre debe tener la mente abierta.
Si le muestran que sus opiniones están insuficientemente basadas, o son irracionales, debe tener el coraje y humildad de hacer los cambios apropiados. No debes aferrarte a posiciones basado simplemente en el ego o el orgullo desmedido, un hombre aprecia ser educado, y ama aprender más que ganar la discusión.
- Un hombre se responsabiliza de su vida, y vive con intención.
Siempre habrá momentos de oscuridad, de desierto, de falta de claridad y de deriva. Pero un hombre siempre busca salir adelante, no se regodea en esa oscuridad. También revisa constantemente sus valores, su proyecto y cómo lo lleva a cabo.
- Un hombre lidera a su familia.
Un hombre es líder. Es responsable de los valores y la meta que tiene la familia, el plan para conseguir dicha meta, y de la ejecución del plan. Trabaja con su mujer y sus hijos para desarrollar esos valores, esa meta, el plan para lograrla, y también la ejecución. Incluso si un hijo o la mujer tienen mejores capacidades que el hombre para liderar en un área, si se fracasa, la culpa es suya.
Convierte en un buen líder.
- Un hombre busca relacionarse con otros hombres.
Aunque valore la soledad, un hombre reconoce la necesidad de responsabilidad, inspiración, formación, sabiduría, consejo, aliento, reprensión, compañerismo, hermandad, desafío y diversión, que solamente otros hombres pueden ofrecerle.
- A un hombre le importa su reputación.
Busca el honor. No se deja llevar por las respuestas de los otros y no permite que le manipulen, pero busca hombres de honor y el honor para sí mismo entre esos hombres. Un hombre no espera respeto sin habérselo ganado con sus acciones al igual que no regala su respeto a nadie.
- Un hombre valora la soledad.
Aunque valore sus relaciones sociales, y debe asegurarse de pasar el suficiente tiempo con su mujer, hijos y amigos, un hombre también debe guardar tiempo de soledad para reflexionar, concentrarse y conocerse a sí mismo.
- Un hombre es fuerte y resiliente.
No ceja en su empeño por muy difícil que sea la tarea, no evade la resistencia cuando es necesaria para realizar su tarea.
- Un hombre honra el pasado pero se adapta para el futuro.
Debe respetar las tradiciones de su país y familia por crear éxito a largo plazo, pero sabe que todo cambia, así que mantiene su mente abierta a nuevas posibilidades que puedan ser mejores para el mundo actual.
- Un hombre es considerado.
Aunque esté abierto al cambio y a las nuevas posibilidades, solamente cambia después de contemplar y reflexionar, habiendo concluido que lo nuevo es mejor porque funciona, no por el mero hecho de ser nuevo.
- Un hombre es productivo.
Crea algo de valor en donde antes no había nada, sea tallando un utensilio o produciendo el más avanzado microchip, un hombre genera valor y produce.
Está claro que es casi imposible encontrar a un hombre que cumpla todos estos puntos a la perfección, nadie lo hace, pero lo que está claro, es que si los cumples o trabajas por cumplir la mayoría, serás un verdadero HOMBRE, intachable por nada ni nadie, una buena compañía y guía para otros hombres y mujeres.
No te frustres por no ser perfecto porque no hemos sido diseñados para ello, tu labor es una, acercarte lo máximo posible a esa perfección.
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