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Carrito

SIMP es el acrónimo anglosajón para “Sucker Idolising Mediocre Pussy”, básicamente un hombre que está dispuesto a hacer absolutamente todo para agradar a una mujer e impresionarla, pese a que esta no lo merezca.

Hoy en día el término “SIMP” se ha generalizado mucho y con razón, si miras a tu alrededor, podrás ver que la mayoría de los hombres son SIMP e incluso es muy probable que tú lo seas o lo hayas sido.

Y no solo eso, hasta el hombre que más cree saber sobre masculinidad o más dominio tiene sobre las mujeres, puede actuar de forma SIMP en ciertas circunstancias o con ciertas mujeres. Esto suele darse cuando se piensa que la mujer a la que se está intentando atraer es una mujer a la que percibimos como mejor, o mucho mejor de las que solemos toparnos. Es muy fácil actuar de forma dominante y con confianza ante una mujer a la que consideramos inferior y por la cual no tenemos un interés alto, mientras que es más complicado mantener esa misma postura cuando estamos ante una preciosidad que no hemos visto en nuestra vida. Es más, todo hombre, hasta el más beta, ha actuado de forma “alfa” con mujeres con las que no quiere nada, y hasta el más “alfa” ha actuado de forma SIMP ante mujeres a las cuales no está habituado.

En general una conducta SIMP se caracteriza por un intercambio desigualitario de valor en nuestro defecto y a favor de la mujer. Pondré un ejemplo: si te encuentras en una fiesta, conoces a una mujer y simplemente con tal de llamar su atención y que hable contigo la invitas a una copa, estás actuando como un SIMP en toda regla, estás dándole dinero, tiempo e interés a cambio de su tiempo indeseado y para nada genuino. En cambio, si estás en una fiesta y una mujer te viene a hablar, está interesada en ti, es atractiva, te da pie a la conversación, escala físicamente contigo y se la ve receptiva y tú, por ser cortés la invitas a una copa, en ese caso no estás teniendo una actitud SIMP, sino caballerosa.

En ambos casos estás gastando dinero en una persona, pero en el primero no obtienes casi nada a cambio, y en la segunda estás obteniendo una interacción genuina, real y con deseo innato de una mujer, que bien trabajado por tu parte se puede materializar en sexo, en su contacto y en futuras citas. En una situación estás en pura necesidad, forzando una interacción que lo más probable es que no lleve a nada y si lleva a algo, mucha suerte has tenido; y en la otra estás actuando desde la abundancia y masculinidad, sabiendo que, aunque no la invites a nada la mujer seguiría teniendo interés en ti, porque así te lo ha demostrado previamente.

No eres un pagafantas o un SIMP por invitar a una mujer, es más, desde Male Empire recomendamos que seas un hombre con valores tradicionales y caballeroso, e invites; eres un SIMP por invitar sin tener perspectivas de no conseguir absolutamente nada con esa mujer.

Pero no solo eres SIMP si malgastas tu dinero, también eres SIMP si reduces tu dignidad, pierdes tu tiempo o modificas tus gustos o personalidad con tal de que una mujer te considere como “viable”.

Como puedes ver, en el fondo un SIMP está haciendo todo lo que está en sus manos para que una mujer le preste atención, está continuamente intentando demostrar a una mujer que él es el mejor, que él es el adecuado, y todos sus esfuerzos van en esa dirección, aunque para ello tenga que distanciarse de su propia satisfacción personal.

Y los SIMP son tan patéticos que se creen que son “buenos” por ser “mártires”, que tienen que sacrificar todo de ellos con tal de tener el privilegio de compartir tiempo o una cama con una mujer de cuestionable atractivo y valor.

No se dan cuenta de que precisamente sus conductas alejan a las mujeres de ellos. Si dejaran el EGO a un lado y analizaran que tipo de conductas siguen los hombres atractivos y con éxito real con las mujeres, se darían cuenta de que son todo lo contrario a lo que ellos aplican creyendo tener la verdad absoluta.

Y ser un SIMP, aunque sin duda es culpa del individuo que actúa así, también es culpa de la sociedad que vende a la mujer como “lo más importante” y considera al hombre como el indicado para demostrarle y pasar sus pruebas si quiere compartir su tiempo. Es siempre el príncipe el que tiene que derrotar al dragón y sacrificarlo todo de él con tal de que la princesa le quiera. Es el hombre el que tiene que dejar su país, su trabajo y amistades con tal de que una mujer, “la indicada”, le ame como se merece.

Y sí, la sociedad pone a los hombres en un paradigma erróneo, pero en la era de la información, mantenerse en ese paradigma es elección propia y por tanto salir de él es tu propia responsabilidad, y precisamente esta es otra actitud que te define como SIMP. Porque no nos engañemos, un SIMP, no deja de ser un hombre débil, que necesita atraer la atención de las mujeres a toda costa, repito, NECESITA. Y lo común, es que las personas que actúan así con las mujeres actúen de esta forma en la mayor parte de los aspectos de su vida. Por lo tanto, ser un SIMP, no solamente te va a traer problemas con las mujeres, si no que va a condenar tu vida a la mediocridad, y si no eres capaz de autoengañarte, a la infelicidad. Pero es bastante triste vivir autoengañado.

Para los SIMP las mujeres son diosas, son seres superiores en todo a ellos, son perfectas, santas y un premio por el que hay que dejarse todo, si hace falta la vida. Hay un dicho que versa así: “trátala como una diosa/reina y te tratará como un plebeyo”, u otro similar que dice: “trátala como tu ídolo y ella te tratará como si fueras su fan”. Básicamente en el momento en el que generalizas tus conductas SIMP, estás enseñando a la mujer y haciendo que se crea eso, que es una diosa, que está por encima de ti y empezará a actuar como tal, o lo hará mucho más que antes.

Un SIMP es un esclavo de su mujer, se tiene sexo cuando ella diga, se habla cuando ella diga, los planes que ella diga y todo de la forma que ella, la diosa, diga.

Es una vida un poco triste y siento decirte que, si empiezas una relación bajo estas premisas, darla la vuelta suele ser casi imposible. Cuando le das una posición de poder a alguien, es muy difícil quitársela después.

Asique, aunque es malo siempre, es mucho peor ser un SIMP en una relación a largo plazo, permítete ser un SIMP con mujeres con las que no tengas nada serio hasta aprender a no serlo, pero de verdad, por lo que más quieras, no tengas estas conductas tan necesitadas y lamentables en una relación seria, a largo plazo, esto puede ser un infierno en vida.

¿CÓMO NO SER UN SIMP?

Cabe destacar que no todos los SIMP son hombres débiles, hay algunos que simplemente tienen estas actitudes porque la sociedad nos ha enseñado en buena medida a ser así, pero todos conocemos a una persona que termina una relación y a los quince minutos necesita buscar a otra persona, y utiliza los mayores métodos de las técnicas SIMP para hacerlo. ¿Por qué? Porque esa persona tiene una lacra en su vida, algún tipo de trauma que le hace necesitar atención continua. Por tanto, si eres un SIMP, tómatelo enserio, primero debes hacer una autorreflexión profunda o buscar a alguien que te diga la verdad a la cara por mucho que te duela, y descubrir primero si tienes alguna fuga que tapar. Si ya has hecho este autoanálisis, sigue leyendo.

Como hemos dicho, aunque los SIMPS puedan acabar teniendo alguna mujer, nunca serán relaciones tan exitosas como las que tienen aquellos hombres dominantes y masculinos, muy alejados de estas conductas de esclavitud, en las que son un perrito faldero.

Para no ser un SIMP tienes que ser egoísta, sí, has oído bien, tienes que pensar en ti, y ponerte a ti primero. Esto no se trata de que nunca hagas nada para complacer o hacer feliz a una mujer, no, significa que no regales tu esfuerzo y actos a una mujer que no hace nada para ganárselos, una vez que el intercambio sea equitativo o en todo caso, que tú salgas ganando, podrás hacerlo. No tienes que demostrar a la mujer que eres el hombre adecuado que necesita en su vida, ya sabes que eres ese hombre y si ella no es capaz de verlo no merece estar a tu lado, (evidentemente para eso te debes construir de forma integral y ser “EL HOMBRE”, de nada vale fingir y pensar que eres la gran cosa cuando en el fondo sabes que no puedes aportar nada a la vida de nadie, y mucho menos a la de una mujer). Eres tú el que “pone a prueba” a esa mujer y analiza si tiene lo que hay que tener para que la dejes formar parte de tu vida. No pretendes impresionarla, fluyes, vives, eres tú, y si con esas acciones la mujer se siente impresionada, genial, un efecto colateral positivo, pero si no, genial también, el resultado te da igual.

Ser un hombre dominante supone llevar tú el liderazgo, que la mujer te siga, que seas tú el que establezca el ritmo de todo, de la interacción, de los avances, del sexo, de la vida. Que no sea ella la que te dice qué hacer o cómo hacerlo, tú actúas y entre esas acciones habrá muchas cosas que le encanten y ciertas que la desagraden, pero es precisamente esa libertad y escasa preocupación por impresionarla la que hace que te diferencies y que esa mujer se sienta irresistiblemente atraída hacia ti.

En definitiva, si lo que deseas es alejarte de ser un SIMP, tienes que desidealizar a la mujer, dejar de tratarla como una diosa inalcanzable y como el premio, y empezar a comportarte como que tú eres el premio por el que la mujer debe luchar.

Básicamente significa dejar de buscar la aprobación de todo por parte de tu fémina y vivir y actuar porque te entretiene, divierte o apetece, le pese a quien le pese. Ser un SIMP puede funcionar durante un tiempo con ciertas mujeres, y es verdad que ser ALFA puede hacerte perder algunas mujeres por actuar de forma libre y motivada por intereses propios, pero a largo plazo el SIMP es infeliz, al igual que su pareja que le acabará dejando o engañando, y el ALFA vive feliz y hace más feliz aún a su pareja.

Si no quieres ser un SIMP, se tú, actúa como tú quieres y no pidas permiso ni perdón por moverte y actuar de la manera que a ti te complace y hace feliz.

 

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