Skip to main content

Carrito

El amor un sentimiento complejo que afecta tanto a hombres como a mujeres, pero no de la misma forma. Muchos cuestionan si el amor es un proceso natural, intrínseco al ser humano, o si por el contrario es creado por la sociedad. Pero no nos compete dilucidarlo en esta ocasión ya que el hecho es que se da, bien sea natural o impuesto socialmente.

El amor no lo vive igual un hombre que una mujer, no experimentamos lo mismo; ni durante, ni después de una relación. Lo curioso es que siempre se ha vendido que la mujer es el ser amoroso y cálido mientras que el hombre es frío, poco sentimental y en definitiva, desapegado. Cuando es totalmente al revés.

Y no, no es que uno ame “mejor” que otro. Sencillamente amamos distinto, según nuestra naturaleza y la programación que hemos tenido durante nuestra vida consciente.

 

AMOR DE HOMBRE

El amor de un hombre se expresa como entrega, dedicación absoluta, es romanticismo.

El hombre vive el amor de una manera idealista, se cree un príncipe cuya princesa es la razón y el sentido de su vida.

¿Quién ha escrito poemas y canciones acerca de la belleza de una mujer? ¿Quién ha conquistado imperios, movilizado legiones y aniquilado a otros hombres por amor? ¿Quién es el que ha cruzado el mundo, dejado familia amigos y negocios atrás por el calor de su pareja? ¿Quién ha creado arte de todo tipo basado en su musa?

Sí, el hombre.

Y por curiosidad ¿cuándo recibe flores el hombre? La mayoría exclusivamente el día de su funeral, si no es que muere totalmente solo. Mientras que la mujer las recibe de vez en cuando, y de forma casi asegurada en su cumpleaños, en algunas citas y casi seguro, en San Valentín.

Visto así, el amor del hombre es un amor SIMP, un amor donde la mujer lo vale todo y el hombre nada, pero es que la masculinidad es sacrificio y entrega, y de una forma u otra estamos diseñados para eso.

El género masculino es prescindible, la mujer es necesaria para la continuidad de la especie, porque con un solo hombre se podría repoblar el planeta, con una sola mujer no. El amor del hombre es un amor idealista, un para siempre, es un amor romántico que se ha visto aún más potenciado por Hollywood en sus películas y en la propaganda ginocentrista.

Es por todo esto y más que el hombre tiende a sufrir más, y durante más tiempo, cuando se da una ruptura.

AMOR DE MUJER

El amor de una mujer es un amor oportunista, utilitarista.

La mujer te va a querer, sin duda. Te ama, sin duda, pero a su manera.

La mujer te va a amar mientras tú seas capaz de proveer una serie de cosas; sentimientos, emociones, dinero, protección… La mujer te ama mientras cumplas con una serie de requisitos. Cuando la mujer no recibe eso de ti, durante un tiempo considerable; o cree que lo puede recibir mejor de otro, te abandona. Sin piedad.

Y esto tiene también su base en la biología. La especie humana, para que evolucione a mejor tiene que seleccionar los mejores genes. En este caso es la mujer la que selecciona esos genes y si la costara demasiado cambiar de pareja, no progresaríamos como especie. ¿Por qué? Porque se quedaría con el primer elegido, aunque sus genes fueran patéticos.

Tenemos que entender que siempre se ha dicho que la mujer es “naturaleza” y la naturaleza, es cruda, no tiene valores. Simplemente actúa de la forma que más le beneficia. Pues la mujer, al ser la encargada de seleccionar los genes que llevará la próxima generación, está programada para ser así por naturaleza.

Todo esto es fácil de ver si analizamos las cifras de separaciones y cómo la mayoría de estos procesos de separación, los inician precisamente las mujeres.

Un hombre, en la mayoría de casos, una vez elige a una, y la elige bien, se queda con ella, aunque gane menos dinero, aunque empeore UN POCO su apariencia, aunque sea menos cariñosa, etc. Una vez se compromete, acata las consecuencias de su decisión. La mujer no es así, y muchas de las separaciones se producen cuando el hombre pasa por una crisis económica, la mujer empieza a ganar más, el hombre se encuentra con problemas emocionales persistentes…

Suena cruel, lo es; tan cruel como realista, tan realista como necesario.

La mujer SÍ ama, no es que sea un ser sin sentimientos. Pero ama a su manera.

EL PROBLEMA DE LA DIFERENCIA ENTRE FORMAS DE AMAR

En el pasado esta disonancia entre las formas de amar de cada sexo no era preocupante. La religión y los valores tradicionales hacían que el cambio de pareja de la mujer fuera más complicado y menos frecuente. Ayudando al hombre a saber que su descendencia era realmente suya.

El “para siempre” de la ceremonia matrimonial religiosa se tomaba en serio, y por tanto el hombre podía entregarse en cuerpo y alma a una mujer, sin tanto miedo o riesgo como ahora. Muchas mujeres, cuando su marido moría, le guardaban luto y no tocaban a otro hombre hasta el fin de sus días.

Hoy en día esto es impensable.

Un hombre luchaba, se dejaba la vida trabajando, iba a la guerra, hacía lo que fuese necesario hacer; pero sabía que toda esa entrega absoluta a su mujer iba a ser correspondida con una lealtad inquebrantable, además de todos los otros beneficios que aporta el tener una pareja.

Es decir, el hombre podía darlo todo porque sabía que lo recibía todo de la otra persona.

Hoy en día la forma de amar del hombre debe adaptarse al medio. Amar de esta forma tan idealista es el secreto de un sufrimiento enorme e innecesario; de un dolor sin precedentes y de una reciprocidad cuestionable.

Hoy en día una mujer no tiene compromiso con su pareja, ni va a estar ahí siempre. Una mujer no daría la vida por ti, ni te guardaría luto tras tu muerte, es más, se han visto casos en los que al morir el marido, la mujer había regalado su fortuna a otro hombre en semanas (caso de Juicy WRLD).

Hoy en día tú puedes darlo todo, literalmente, y ser abandonado como si fueras un perro hambriento en medio de un desierto sin agua ni alimento.

Hoy en día querer es un gran riesgo para el hombre, porque lo da todo, como antes, a cambio de… lo de ahora.

 

¿ENTONCES NO DEBEMOS AMAR?

Amar es una experiencia que desearía a todo hombre, cuando es recíproca.

No amar nunca en la vida equivale a no vivir.

Claro que debemos amar, pero con cabeza, adaptándonos y eligiendo bien. Debemos querer a nuestra pareja en las condiciones del medio actual, que son las que son, y no son precisamente favorables para nosotros.

No podemos estar dispuestos a todo si no recibimos todo. No podemos esperar “para siempres” de mujeres con 10 relaciones pasadas fallidas. No podemos estar dispuestos a dar la vida por alguien que no estaría dispuesto ni siquiera a dejar de salir de fiesta por nosotros.

Aunque queramos y sintamos la necesidad de entregarnos de forma plena, debemos actuar con cabeza y limitarnos si no queremos sufrir consecuencias fatales.

Las mujeres siguen esperando el mismo amor y trato que antaño, pero dando una décima parte de lo que ofrecían las mujeres de esa época.

Amad, pero amad según seáis amados.

 

CONCLUSIÓN

El amor es inevitable en la vida de la mayoría de personas. Un sentimiento deseable cargado de placer y por tanto, por mera polaridad, de daño.

No debemos encerrarnos y evitar el amor a toda costa, sencillamente tenemos que aprender a vivirlo según las condiciones actuales que, efectivamente, no son las más favorables para el hombre.

La regla de oro a aplicar es la de la RECIPROCIDAD. Si dais 10, esperad recibir 10, si no es así reducid la oferta personal hasta que se ajuste a lo que recibís o abandonad la relación por no recibir de vuelta tanto como os gustaría. Es así de fácil.

Leave a Reply