Cada año vamos para atrás. Los hombres cada vez están más feminizados o infantilizados. Lo que antes era una exigencia común y comprendida por todos, hoy en día es algo que debe ser evitado o se cuestiona y vende como “masculinidad tóxica”.
Desde Male Empire te proponemos que todo lo que la sociedad actual ve como normal, tú lo empieces a cuestionar, y aquello que la sociedad ve como raro, tú lo empieces a ver como algo probablemente positivo. Eso sí, razónalo todo, no aceptes nada porque sí.
Uno de los pre requisitos para ser hombre, y lo ha sido siempre es el siguiente: “UN HOMBRE HACE LO QUE HAY QUE HACER, QUIERA O NO”.
Sí, te responsabilizas, sí, te jodes. Si tienes que hacer algo por ti o por los tuyos dejas de lado tus emociones y lo haces.
Hace no tantos años se moría tu padre e ibas a trabajar, cuidabas a tus hijos y seguía tu vida. Cuando lo generalizado era ser un hombre de verdad, daba igual si te sentías bien o mal, tus responsabilidades siempre se cumplían. Hoy en día parece que nos quieren vender que el mundo se para cuando te sucede una desgracia, pero no, el mundo sigue, el único que está mal eres tú y a nadie le importa cómo te sientes, el trabajo sigue, las facturas vienen, tu vida sigue pasando.
“Pero cada vez hay más hombres que se suicidan, es porque tienen demasiadas cargas”, no. Esa es la típica excusa que muchas mujeres usan para intentar volver a los hombres seres sumisos e inútiles. La realidad es que los suicidios entre hombres se suelen deber a falta de propósito, a un divorcio cuando el hombre había invertido todo su esfuerzo y había puesto esa relación como el centro de su vida y ahora que ya no está, no tienen motivos para existir. Y aunque esto que dicen fuera cierto, sencillamente se confirmaría que el hombre se está debilitando.
Los hombres somos y hemos sido resilientes, resistentes, duros, fuertes física y mentalmente y ahora quieren convertirnos en otra cosa.
Ser hombre tiene muchos beneficios, es el mejor regalo que Dios nos ha podido dar, pero evidentemente tiene sus contrapartidas, o las aceptas o no te mereces ser o calificarte como hombre.
Las mujeres quieren hombres así
Y es curioso porque las mujeres son las primeras que dicen que los hombres deben ser sentimentales, deben llorar como si fueran bebes, que necesitan hombres “deconstruidos”, pero son precisamente a esos a los que usan como beta-proveedores y a los hombres dominantes a los que usan como fuente de sus fantasías y deseos más íntimos. Son los hombres masculinos los que quieren como padres de sus hijos y a los hombrecitos débiles como el padre adoptivo que los mantiene.
El feminismo no quiere mujeres empoderadas, quiere hombres débiles para que, por muy débiles que sean las mujeres, puedan dominar a esos seres que se califican como hombres sin motivo. ¿Lo peor? Que están consiguiendo que cada vez más hombres acepten su discurso y dejen de comportarse como la naturaleza les dice que se comporten.
Y recordad una cosa. Nunca la sociedad podrá vencer a la naturaleza. Los deseos y actitudes naturales siempre serán más fuertes que los impuestos por la sociedad.
Una mujer, por si fuera poco, siente repulsión por las muestras de debilidad en un hombre. Por el contrario, todas dicen que quieren hombres vulnerables que las cuenten sus problemas, que se abran… esto es cierto, quieren saber que estás mal, sí, pero sólo si vas a poner el trabajo necesario para salir de ahí, sólo si no estas victimizándote y llorando desconsoladamente sin tomar acción. Quieren saber tus problemas cuando ya están resueltos o sabes resolverlos. No quieren ser la madre que saca, las castañas del fuego a su hijo indefenso.
Limita tus expresiones de debilidad ante tu pareja, para eso tienes tus amigos, tu hermandad de hombres con la que hablar y buscar soluciones.
Tu debilidad no es atractiva, puede serlo si es muy puntual pero no de forma genérica. A más débil te muestres, menos respeto te mostrará tu mujer, menos atracción tendrá, y esto de forma involuntaria. Ellas no quieren dejar de sentir deseo y respeto por ti, sencillamente dejan de hacerlo.
Hay mil ejemplos de esto, incluso si analizas detenidamente tu vida seguramente los encuentres en ella.
Mantenerse ciego ante una realidad tan contundente es una actitud negligente.
Los hombres admiran a los hombres fuertes
Pregúntate ¿cuál es la representación del hombre en muchas películas? Ese hombre que todos los demás quieren imitar y que todas las mujeres desean por encima de todo…
No, no es un hombre pusilánime. Películas como Rambo, 007, o cualquiera de superhéroes (excepto la nueva basura progresista), muestran el ideal de hombre, un ideal perfecto e inalcanzable, pero al que se debe aspirar. Hombres fuertes, que se sobreponen a cualquier obstáculo, sufren, se sienten mal pero no paran, siguen, encuentran la solución, salvan a su amada, rescatan a sus hijos, salvan al mundo… y esto, aunque tengan muchos problemas personales sin resolver.
Nos sentimos atraídos hacia hombres dominantes, seguimos a hombres fuertes en todos los sentidos de la palabra, lo hacemos de manera natural por mucho que la sociedad ahora quiera intentar que hagamos lo contrario. Nos inspiran, algo en ellos nos hace decir con cuatro años: de mayor quiero ser Superman.
Nadie admira al hombre beta que sale en películas humorísticas ridiculizado, llorón.
Pregúntate el por qué, aunque es bastante obvio.
¿Entonces no puedo llorar?
Claro que puedes llorar, claro que puedes estar mal, claro que puedes estar hundido. Lo que no puedes justificar es tu estancamiento e inmovilidad en tu malestar. Las emociones son fluctuantes y no podemos depender de ellas para actuar. Si te sientes mal lo haces, si te sientes bien lo haces más contento. No hay diferencia.
Hoy en día ves a hombres que como tienen una vida difícil se entregan al alcohol dejando a sus familias tiradas. Eso es desresponsabilizarse, eso es ser miserable.
Ves a hombres acabando con su vida cuando ellos decidieron tener hijos, dejando a esas pequeñas criaturas solas y sin nadie con el que crecer. Si tú decidiste tener hijos o una mujer, entonces, y más que nunca, no puedes irte de este mundo, no al menos hasta haber garantizado el máximo bienestar a tu pareja y descendientes.
Hay que ser muy poco hombre y muy egoísta para tomar decisiones voluntarias y luego destrozar tantas vidas cuando no sabemos agarrarnos las pelotas y cargar con las consecuencias.
Si de joven no estudiaste ni emprendiste ahora no me llores si tienes un trabajo de mierda.
La vida son decisiones, decisiones voluntarias. Te responsabilizas, punto.
Asi que sí, llora, siéntete mal, pero muévete, trabaja y haz lo que sea necesario para salir de ahí y continuar viviendo.
La clave
La clave está en desvincularnos de las emociones. No está mal expresarlas, está mal basar toda tu respuesta en la expresión de esas emociones. El llanto, la ira, la rabia son, en muchos casos, respuestas casi inmediatas ante situaciones complicadas, pero no se pueden quedar ahí.
Te sientas mal, bien, contento o triste, te sientas hundido o motivado tienes que hacer las cosas igual. Será más o menos difícil, pero debes hacerlas.
Esto caracteriza a los hombres, esto es imprescindible si quieres alcanzar la mejor versión de ti.
Los hombres no son seres de piedra, pero si son resistentes como el acero. Los hombres sentimos, pero actuamos a pesar de esos sentimientos.
Fueron hombres los que invadieron las playas de Omaha Beach en Normadía el día D. ¿Crees que alguno de esos hombres quería desembarcar en una playa que sería la tumba de más de 3000 hombres? Había que hacerlo, y se hizo.
¿Crees que los hombres que trabajaron para arreglar el desastre nuclear de Chernobyl querían hacerlo? Lo hicieron porque había que hacerlo.
Como hombre, no debes preguntarte: ¿quiero?. Debes preguntarte siempre: ¿debo?.
Y si la respuesta es sí. No importa tu estado de ánimo, tu situación o si se está descongelando el Polo Norte. Lo haces.