Si lees frecuentemente Male Empire sabrás que diferenciamos entre hombres 360 y el resto de hombres, es decir, entre hombres TOP y hombres promedio. La diferencia entre estos dos grupos es muy notable y el grupo de hombres promedio supera por mucho en número al grupo de hombres TOP.
Los hombres 360 son hombres selectos, diferentes, hombres de élite que por ende viven una vida plena y llena de éxito en todos los terrenos posibles: personal, profesional, familiar, sexual, romántico…
Son tan pocos los hombres TOP, que una vez accedes o te encuentras cerca de esta categoría, te das cuenta de la cantidad de privilegios que poseen, percibes que realmente vivir como hombre promedio es vivir de forma, muchas veces, miserable; sin disfrutar ni de cerca de los grandes placeres que la vida nos da y siendo esclavo de otros hombres o de las mujeres.
La gran brecha entre hombres
Es fácil encontrarse con la excusa de la genética, el lugar o situación en la que naces para justificar tu situación actual. El hombre mediocre explica su fracaso en la mala suerte y justifica el éxito de los otros hombres en “la herencia familiar”, la genética privilegiada o cualquier otra cosa fuera de su control.
Lo cierto es que todos los hombres, en mayor o menor medida, se tienen que construir, como explicamos aquí. La mayoría de millonarios son millonarios que se han construido a sí mismos, que sin tener nada, acaban generando una gran fortuna. La mayoría de hombres con buen físico son hombres normales que durante muchos años han puesto el trabajo en el gimnasio para mejorarse y la mayoría de hombres con grandes habilidades sociales, son hombres que han practicado y estudiado mucho.
Es poco común ver a hombres tocados por la mano de Dios en una de esas áreas y mucho más en todas a la vez.
Una vez dejado claro que alcanzar a la élite masculina es cuestión de trabajo y no de suerte, se puede explicar claramente a que se debe esta gran brecha entre hombres.
Si analizas la sociedad, la mayoría de personas hacen LO JUSTO para seguir el camino impuesto por sus padres, el estado o las costumbres. No les pidas que estudien tres horas si con dos pueden aprobar, no les pidas que trabajen mientras estudian si sus padres les pueden mantener. La mayoría de hombres no hacen nada más allá de lo imprescindible, sumidos en la mentalidad cortoplacista de “disfruta de tus 20, que esa época nunca vuelve”. Y claro, es cierto que no vuelve, para su desgracia.
O sacrificas tus 20 para una vida excepcional o sacrificas toda tu vida por un hedonismo absoluto limitado a tus 20.
La mayoría elige la segunda opción por ser más fácil y por la falta de responsabilidad consigo mismos que tienen y acaban siendo hombres promedio toda su vida.
Si no formas parte de ese grupo, y desde joven evitas perder el tiempo, trabajas, emprendes, haces todo lo necesario para sobresalir… es fácil que si mantienes ese esfuerzo durante suficientes años (muchas veces 10años o más) acabes formando parte, o estando muy cerca del TOP 10% de los hombres.
Es decir, la brecha se genera por la vagancia generalizada enfrentada al trabajo obsesivo de un grupo reducido.
Esto no sucede con las mujeres
Aunque ya lo hemos repetido mil veces, a las mujeres no se las exige lo mismo ni se espera lo mismo de ellas.
Una mujer dirigente de una empresa importante en el panorama internacional con un sueldo millonario, no tiene por qué formar parte de la élite femenina, es más, suele estar bastante alejada de esto y ser muy infeliz.
No es la primera mujer que una vez alcanzado el éxito profesional por una mujer, esta se arrepiente de haber descuidado su aspecto físico y sobre todo de no haber formado una familia. La “brecha” entre mujeres se fundamenta en cuan rápido entienden que es lo que las hace felices y lo que se las pide. Si conectan con su feminidad y entienden qué les llena… serán mujeres femeninas y TOP dentro de su género. Si no lo entienden acabarán amargadas, convertidas en una «Karen» y viviendo acompañadas de dieciséis gatos, todo para que las autoridades encuentren su cadáver días después de su fallecimiento en su casa, porque nadie las echó de menos.
Esto no significa que una mujer no deba perseguir su carrera profesional, la cuestión está en establecer prioridades.
La testosterona tiene ligada la competitividad, el escalado social y el estatus, la ambición en definitiva, el hombre ha nacido para ello y es feliz así, la mujer, por norma general, no.
Cómo formar parte de la ÉLITE masculina
Haciendo lo que no hace la mayoría. Es así de fácil en la teoría y complicado de ejercitar en la práctica debido al esfuerzo que requiere.
Si quieres sobresalir e ir escalando poco a poco hasta el TOP vas a tener que hacer más que los demás y sobre todo CON UN PLAN EN MENTE.
No sirve con que estés estudiando una carrera, si has decidido ir a la universidad debes, de forma paralela, estar creando tus proyectos y otras formas de generar ingresos, debes aprender más por tu cuenta o debes trabajar mientras estudias para partir de una buena base de ahorros con la cual invertir en una empresa, propiedad privada o en más formación.
No sirve solo con esto, debes dedicar tiempo a tu apariencia y al cuidado de la salud, debes ir al gimnasio, construir un físico atlético y estético; mejorar la composición de tu armario, tu calidad de piel como te enseñamos en Male Empire en artículos como este, etcétera.
Pero no, tampoco sirve solo con esto. Debes mejorar tus habilidades sociales, ya no solo con mujeres. Debes ser capaz de conectar bien con las personas, hacer networking, es decir, tener un gran número de contactos a los que acudir si necesitas algo, o que sean posibles socios de negocios.
Como ves, debes hacer muchas cosas, todas ellas ejercitadas por un grupo diminuto de la población.
Una cosa es que haya hombres que entrenen y vayan a la Universidad a la vez, los hay, que entrenen y trabajen, los hay… pero que hagan todo eso y CON UN PLAN EN MENTE… amigo apenas hay hombres así.
A más tiempo pasa, más diferencia, más brecha
Cuando nacemos, todos partimos de una situación similar, en la adolescencia, según como nos afecte la pubertad, se crean pequeñas diferencias, pero donde realmente se determina todo es una vez cumples los 16-18 años.
Da igual si la pubertad te ha colocado unos puntos más atrás que a la mayoría, ahora es cuando empieza el verdadero juego.
Piénsalo así. Ellos trabajan a medio gas, a un 50%, durante todo el año y descansan en vacaciones, tú trabajas al 100% durante TODO EL AÑO, sin descanso en vacaciones.
En un año la diferencia ya es palpable, pero imagina el acumulado, imagina cuánta distancia de diferencia habrá en 10 años. Si lo comparas con coches se entiende mejor y te planteo la peor de las situaciones.
Tú sales último en la carrera, todos los coches te sacan distancia.
Pero tú has despertado y el resto no. Los coches con los que compites van a 50km/h, tú vas a 100km/h y además ellos cada cierto mes hacen un parón para descansar, tú no.
Por muy atrás que partas, año a año la distancia se reducirá y sobre todo, al final acabarás adelantándoles y crearás una distancia insalvable. Esto es la brecha.
Una vez hay suficiente distancia es IMPOSIBLE que accedan a tu posición aunque tu te relajes un poquito en alguna situación. Pero es que además lo normal es que nunca descanses y sigas aumentando la diferencia entre tú y ellos.
Aunque ellos ahora empiecen a ir a 100km/h la brecha ya es de miles de KM y tu sigues avanzando a la misma velocidad, o incluso más rápido. Lo siento por ellos, pero ya has ganado y no hay nada que pueda remediarlo. Ese es el momento en que ellos te dirán: «tuviste suerte», «naciste bendecido»… Aunque todos ellos saben en su fuero interno, que tú empezabas el último, y que el único motivo por el que les has adelantado es por su propia vagancia y desinterés.
Por eso es tan importante empezar a trabajar a tope desde joven, una vez se den cuenta, tu estarás muy lejos, formando parte de la élite y ellos ya nunca podrán escapar de la mediocridad.
Cuanto más joven empieces, antes comienzas a generar distancia y sobre todo a acercarte a tu posición.
La brecha es insalvable y fruto de la meritocracia.
Ser mejor que la mayoría es extremadamente fácil
Si solo te interesa ser mejor, amigo, lo tienes muy sencillo.
En un mundo lleno de mediocres que tú les superes tiene poco mérito la verdad.
La dificultad reside en llegar al Top.
La mayoría de hombres que conoces ni siquiera son tu competencia porque no pueden serlo debido a su ignorancia, solo vas a competir con aquellos con tu misma mentalidad y mismas o más ganas.
Diferenciarse de la mayoría es pan comido, llegar a lo más alto como hombre tiene mucha dificultad.
Conclusiones
La brecha es el resultado de la justicia. Supone la diferencia entre el que trabaja y el que no, entre el que despierta y el que duerme.
A toda edad es bueno ponerse a trabajar, pero está claro, como sucede con el interés compuesto, que si empiezas joven más beneficios tendrás a largo plazo.
Sea como sea empieza a crear esa brecha entre tú y el resto de hombres de tu generación. Y empieza YA
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