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Carrito

Seguro que has oído la frase de “los hombres deben crear su valor, las mujeres nacen con él” o algo similar: “los hombres deben construir su valor, las mujeres deben conservarlo”. La realidad, aunque pueda parecer poco agradable, es así.

Como hombre, no vales nada hasta que demuestras que lo vales, y es que recuerda algo: las mujeres determinan qué es valioso en un hombre y los hombres lo que es valioso en una mujer. Da igual que tú, como hombre, pienses que lo importante es que seas joven, si las mujeres lo que valoran es la experiencia, el dinero y el status.

En el mercado sexual, como en todos los mercados, los clientes establecen qué es lo importante en un producto, en este caso, tú.

Y mientras que los hombres valoran la belleza, fertilidad y juventud de una mujer, características ya determinadas al nacer y “regaladas”, las mujeres valoran cosas muy distintas en nosotros los hombres.

¿Qué valora una mujer de un hombre?

Muchas cosas, muchas más que el hombre y además la mayoría que deben ser construidas poco a poco:

  • Dinero
  • Status
  • Experiencia
  • Altura y apariencia masculina y dominante

Aunque se puede complicar más y detallar todo, esas son, básicamente, las principales características que una mujer pide de un hombre.

El dinero, el status y la experiencia solo se pueden conseguir con el tiempo, y la apariencia masculina y dominante tiene que traer ligada, entre otras cosas, un cuerpo ciertamente musculoso, por tanto también requiere tiempo, y no poco precisamente.

Como ves, cuando naces no tienes ninguna de esas, tienes que trabajar en ellas, tienes que construir tu valor potenciando esas áreas que hemos mencionado. Mejorar en ellas te beneficiarán de manera personal, profesional y amorosa, pero en esta última, con las mujeres, de forma muy destacable.

Y aquí no entraremos a analizar si el hecho de que las mujeres exigen más, es positivo o negativo, pero si la especie humana ha llegado a donde está, es en parte gracias a que las mujeres poseen la hipergamia. Así que piénsalo dos veces antes de criticarla.

Ser hombre es más difícil que ser mujer

Si y no.

Nosotros tenemos la capacidad de construir eso con nuestras manos, es decir, mediante esfuerzo podemos construir un hombre hipermasculino y atractivo para todas. En cambio, las mujeres, si no las acompañan los genes… lo tienen complicado.

Otra ventaja de ser hombre es que nuestro tiempo de máximo potencial es más duradero. En las mujeres dura desde los 16-18 años hasta los 25-26 y en los hombres desde los 28-30 hasta los 45-50 y puede incluso extenderse, por eso los hombres envejecen mejor que las mujeres como explicamos aquí.

Otra gran ventaja de ser hombre es que, si maximizas todas esas áreas, vas a ser imparable dentro del terreno romántico y fuera de él, vas a aspirar a muchos más beneficios que una mujer.

Un hombre de alto valor es mucho más escaso que una mujer femenina y bonita, por ende lo que un hombre de alto valor puede conseguir por serlo, es mucho mayor que lo que una mujer puede alcanzar.

Yo siempre diré que ser hombre es el mejor regalo de Dios. Se nos ha dado la posibilidad de conseguirlo todo, de conquistar y vivir como un rey, pero solo los hombres que estén dispuestos a sacrificarlo todo y que quieran ascender a la élite de hombres podrán disfrutar de esta vida.

Un hombre 360 no se construye de la noche a la mañana, pero si se construye, todo el trabajo habrá merecido la pena.

Como hombre tu mejora es SIEMPRE la inversión con mayor ROI (Return Of Investment) que existe.

La dura vida del hombre

Al ser valorados según resultados y productividad, no hay descanso. Siempre estamos bajo la presión de “ser el mejor”.

Esto es una guerra, aunque no lo quieras ver. Una competición continua contra otros hombres para conseguir la mejor vida y a la mejor mujer. Lo bueno es que en la realidad pocos son los despiertos que se dan cuenta de esto y empiezan a tomarse en serio su construcción como hombres.

Hay quien sigue dormido en los cuentos Disney donde existe el amor incondicional y piensan que alguna mujer les amará por quienes son. Es triste, pero se lo creen.

Esto solo es cierto con las mujeres. Estas, incluso algunas siendo muy poco agraciadas, van a ser amadas, y es poco común que mueran solas. Cosa distinta sucede como hombre; los incel, hombres que mueren solos o que jamás experimentan amor, son cada vez un grupo más grande.

Ser un hombre promedio es de las situaciones más deprimentes y miserables que existen. Cosa que no sucede con la mujer promedio, que sigue teniendo hombres donde elegir y con los que ser feliz.

Pero claro, si lo quieres todo, el camino no va a ser fácil, y es exactamente esto lo que supone ser hombre. El premio es inmenso, pero los perdedores sufren un gran “castigo”.

Excepto que nazcas con deformidades severas, padezcas algún tipo de autismo profundo que te haga imposible comprender las interacciones sociales o seas de un intelecto que roza el cero…puedes dejar de ser promedio a través de invertir tiempo y trabajo.

Si no estás dispuesto a gastar dinero en ti, en tu crecimiento como hombre, contratar coaches, ir a un gimnasio, mejorar la composición de tu armario e invertir tiempo a más no poder en tu crecimiento, lo siento, te mereces perder y vivir una vida miserable. Y el único que tendrá la culpa, serás tú.

Este es otro de los motivos por los que ser hombre es más complicado. Si las cosas salen mal, tú serás el responsable, sin embargo en el caso de las mujeres, casi nunca se responsabilizan de sus propios actos. Esto sería un tema que daría para otro artículo completo, así que por el momento lo dejaremos aquí.

Largo plazo vs corto plazo

No cabe duda que la mujer vive muy bien en su juventud: fiesta, mucho éxito con los hombres, y si lo desea, mucho sexo.

Pero toda mala decisión la pagará a largo plazo.

Son muchas las mujeres que se arrepienten de sus locuras en la juventud, de su escaso control sexual y de haber vivido de cama en cama. Son muchas las mujeres que se han deteriorado aun más de lo debido por sus malos hábitos y no pueden optar a nada que les guste.

La mujer vive en el corto plazo, disfruta mucho y la mayoría acaba con lo que puede, ya que es el hombre el que decide con que mujer se casa, y no suele ser la más fiestera o la que más errores a cometido en sus años de juventud.

El hombre trabaja, construye y sacrifica en esos mismos años de fiesta de la mujer y acaba teniendo todo bajo sus pies. Aunque es cierto que esto representa a una minoría, la mayoría de hombres actuales viven como las mujeres, sin darse cuenta que su futuro va a ser miserable. Viven de fiesta, sin plan de vida ni intenciones de mejora… y por eso acaban como acaban.

Es por esto que el hombre tiene tanto retorno al invertir en sí mismo, porque son muy pocos los que tienen la cabeza tan bien plantada entre los hombros para entender el juego y dejar de jugar al corto plazo, que es el ambiente de la mujer, y empezar a apostar por el largo plazo que es donde él saldrá ganando siempre.

Conclusiones

El hombre puede conquistarlo todo, obtener una vida impensable para cualquier mujer y disfrutar de la cima del éxito derivado de su trabajo.

El hombre es el rey de la partida de ajedrez, va paso a paso, lento, casilla a casulla, mejorando y construyendo; pero si le matan, se acaba la partida.

La mujer es la reina de esta partida, puede moverse con libertad por las puertas que la belleza y la juventud le abren… pero es prescindible, si muere su rey, de nada vale todo lo que ha construido.
Y  es que al final es el rey el que determina el resultado de la partida.

Convertirse en un hombre 360 está en tus manos, disfrutar de la vida que solo un 5% de los hombres disfruta es posible, no fácil, pero sí posible.

Constrúyete como hombre desde ya.

 

 

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